Concursos: con los aplausos no alcanza

Si bien es cierto que los concursos de vinos son, en mayor o menor medida,  un trampolín útil para saltar a la escena internacional, hay que ser sinceros y admitir que no todos los ganadores obtienen el mismo rédito.

Y no hablo de la calidad ¿Quién podría negar el potente crecimiento del vino argentino en la última década? De hecho ya es casi un lugar común en la prensa especializada.

El problema es, sin duda, que se lo sigue considerando como una especie de hermano menor de Chile, Sudáfrica y el nuevo mundo en general.  Por eso todavía tiene que pagar el “derecho de piso” para entrar en el mercado internacional, lo que significa que tiene que ofrecer vinos de primera a precios de segunda.

Los Trophies del AWA '11

Lamentablemente es así. Por eso creo que en la escena actual las verdaderas ganadoras de los concursos son las bodegas que consiguen distinciones en categorías de menos de 15 dólares. Ahí el Trophy sirve no sólo para el palmarés sino también como espaldarazo en su posicionamiento en tiendas y restaurantes de Estados Unidos y el viejo mundo.

En el caso de los Argentina Wine Awards ’11 este crédito fue para Kaiken, The Argento Wine Company y Callia, que se alzaron con trophies en la categoría de 6,99 a 13 dólares.

Pero lo curioso es que ninguna de estas bodegas ganó el trophy con la estrella nacional, el malbec. Ahí se anotó un punto fuerte Trapiche, con su Broquel ’09, pero ya en la gama de 13 a 20 dólares.

No quiero minimizar los 19 trophies conseguidos por las casas vitivinícolas en el AWA’11, pero hay que ser realistas: el negocio no se mantiene solo a fuerza de aplausos; hay que mirar también los resultados económicos.

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